Capítulo 107
Capítulo 107
Dorian replicó: “Ya no hay Amanda.”
Amelia lo miró sorprendida.
Él había dicho eso mismo hace dos años, pero ella pensó que solo era algo dicho en un momento de ira.
Dorian no la miraba, simplemente giraba tranquilamente el volante: “No la menciones delante de mí.”
“Fabiana…” comenzó Amelia, queriendo decir que Fabiana también se había ido del país, pero apenas abrió la boca, Dorian la interrumpió: “No conozco a esa persona.”
Era evidente que no quería hablar del tema.
Ella soltó un suave “de acuerdo” y no volvió a decir nada.
Llegaron rápido a la estación de policía de transito y Dorian acompañó a Amelia para atender el asunto.
El resultado de la evaluación del accidente ya estaba listo y estaban a punto de contactar a los familiares para gestionarlo
El veredicto principal de la responsabilidad recaía en la otra parte, ya que se había capturado todo el incidente en una cámara de otro vehiculo que pasaba por ahí; el otro conductor habia cambiado de carril intencionadamente, causando que el coche de atrás chocara con el de adelante, provocando el accidente.
Al ver los resultados, Amelia suspiró aliviada, tomó una foto de la evaluación y la envió al grupo familiar para tranquilizar a todos.
Fabio respondió con un emoticón de “dientes descubiertos” y un mensaje que decía “tranquilos”, pretendiendo estar calmado, pero Amelia no lo había visto en el hospital ese día y aunque había estado allí la noche anterior, solo jugaba con su videojuego.
Ella no respondió, guardó su teléfono, sonrió y agradeció al oficial de tránsito. Justo cuando se iba, alguien entró y la llamó con incertidumbre: “¿Amelia?”
Ella levantó la mirada hacia la voz, viendo a un joven vestido para montar bicicleta, alto y delgado, familiar a la vista, pero no recordaba quién era.
El joven, notando que Amelia no lo recordaba, se señaló riendo: “¿No te acuerdas? Soy yo, Aarón, el que se sentaba detrás de ti en el último año de secundaria.” Text © by N0ve/lDrama.Org.
Con esa pista, lo recordó inmediatamente.
El compañero de pupitre de Dorian, siempre detrás de ella, alto y delgado como un mono, con una personalidad vivaz, siempre saltando por todos lados y muy hablador, pero a la vez agradable y generoso.
Ella no pudo evitar mirar a Dorian.
Dorian estaba con los brazos cruzados, observando a Aarón sin mostrar emoción alguna, ni decir palabra.
Notando la mirada de Amelia, le lanzó una mirada fugaz.
Aarón finalmente notó a Dorian a su lado, señalándolo incierto: “¿Dorian?”
El saludó con voz suave: “Hace tiempo que no nos vemos.”
“Eres tú1” Aarón se emocionó, “Hace años que no te veo.”
Después de saludar, su mirada curiosa se movió entre los dos: “¿Ustedes dos están juntos?”
Amelia sabía que había un malentendido y se apresuró a explicar sonriendo: “No, nos encontramos por casualidad en
el camino
Aarón se rio: “Ya decía yo, no parecian una pareja.
ta sonno avergonzada.
Bolan mitró a Amelia y luego a su reloj. “Mejor me voy, tengo que pasar por la empresa.”
Elta asintió y se despidió de Aarón con una sonrisa: “Tengo cosas que hacer, me voy. Nos reunimos otro día.”
Aarón ya tenía su teléfono en la mano: “Oye, ¿cuál es tu número de teléfono? Te agrego.”
Amelia dudo un momento, pero finalmente le contó su número de teléfono.
El chico Inmediatamente le agregó como amigos,
Dijo con una sonrisa, “No estás en el grupo de la clase y cada vez que hay una cena de exalumnos es difícil invitarte. Ahora que te tengo agregada, podemos incluirte la próxima vez. El profesor siempre habla de ti, ha querido verte.”
Ella siempre habla estado agradecida con su profesor de cuando era estudiante, quien la había apoyado mucho cuando se cambló de escuela, preocupándose de que se adaptara y dándole ánimos.
Al agregar a su antigua compañera, la alegría de Aarón era palpable. Pero entonces, se giró hacia Dorian: “Oye, ¿por qué no nos agregamos en WhatsApp?
Éllo rechazó de plano: “No hace falta.”
El rostro de Aarón se tiño de una ligera vergüenza.
Amelia instintivamente, trató de suavizar el momento: “Es que hoy no trajo su celular, yo los conecto luego, ¿vale?”
Dorian la miró sin decir palabra.
Aarón recuperó su sonrisa con facilidad: “Está bien, entonces.”
Se despidió sin querer interrumpir más, señalando hacia atrás con su mano: “Vine a hacer unas vueltas, sigan con lo
suyo.”
Amelia asintió: “Claro.”
Una vez que Aarón se alejó, ella se volvió hacia Dorian: “¿Se fue, no?”
Él asintió, manteniéndose en silencio.
Al subir al coche, echó un vistazo hacia Aarón, que seguía ocupado adentro, luego a Amelia.
Ella estaba absorta en su celular, chateando con alguien.
Dorian no dijo nada, simplemente sacó su celular y dijo: “Dime tu número de teléfono.”
Amelia lo miró confundida.
Él continuó mirándola fijamente: “¿No dijiste que me ibas a conectar con Aarón?”
Amelia no dijo nada.
Ella solo había sido cortés.
Pero Dorian seguía observándola: “Recuerdo que alguien me borró de su lista.”
Amelia se quedó sin palabras.