¿Tuvimos un hijo

Capitulo 109



Capitulo 109

Capítulo 109

¿Acaso piensa que yo no iré solo porque ella no me invitó a ir? Bueno, lo único que eso logra es que tenga un mayor desco de ir,

– Genial. De ahora en adelante, quiero que me cuentes todo sobre Elías. También quiero que vigiles a An astasia; necesito que me digas de inmediato si ella tiene alguna interacción intima con Elias.

Daniel tenia un puesto en la compañía de considerable importancia, pero no tenia tanto poder como el a sistente principal de Elías, Donato; a pesar de eso, él todavía tenía acceso a la mayoría de los horarios diarios de Elias. Después de que Daniel se fuera, Helen permaneció demasiado furiosa como para irse a dormir.

Qué quiere decir la señora Palomares con esto? ¿Me está menospreciando? ¿Quiere que me mantenga lejos de Elías?». La furia de Helen era por el injusto trato que se le daba, en especial.

A la mañana siguiente, Anastasia se apresuró a ir a su oficina después de enviar a Alejandro a la escuel a, pues ese dia era uno que ella estuvo anticipando mucho. Al llegar a su oficina, Gabriela abrió su puert a y se acercó para darle unas palabras de consuelo.

– No le pongas atención a todas las tonterías que han estado diciendo sobre ti, Anastasia. Yo confio en q ue tú y el presidente Palomares son inocentes. – A ella ya no le afectaban ese tipo de cosas, pues sintió que no había punto en aclarar ese tipo de asunt os y que no iba a vivir su vida según lo que dicen los comentarios de los demás. NôvelDrama.Org holds © this.

Eran las 10:00 de la mañana cuando Anastasia recibió una llamada por su teléfono fijo.

– Hola? – Ella contestó la llamada.

–Anastasia, necesito que vengas a una reunión. Tengo la lista de los ganadores conmigo. – La voz de Fernanda provino del otro lado del teléfono y Anastasia sintió que su corazón se detuvo por u n segundo.

«¿Ya salieron? Yo creí que no iban a salir hasta pasado el mediodía». Ella se dirigió a la sala de confere ncias mientras que en sus venas corría una mezcla entre miedo y emoción. El resto de los miembros del personal del departamento de diseño ya se encontraban ahí, pero todavía no llegaba Fernanda. Alexis l e echó un frío vistazo a Anastasia mientras la veía cómo se sentaba del lado contrario a ella, pero lo úni co que hizo esa mujer fue dirigirle un vistazo carente de interés.

– Me pregunto si fue Alicia o Anastasia quien ganó el premio! ¡Estoy tan emocionada! Ahí está el dinero d e un millón para que alguna de ellas se lo lleve. – Una de las diseñadoras más nuevas hizo que la atmósfera se volviera más tensa a propósito.

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–Ya lo averiguaremos cuando llegue la directora — respondió otra persona. En ese momento, Fernanda entró a la habitación y vio a las dos competidoras p ara luego tomar asiento en la mesa.

– La comida patrocinada que todos ustedes han estado esperando ha sido aprobada. ¿Les gustaría salir a comer juntos esta noche?

–¡Claro! Nos encanta hacer festines, directora Espinosa – gritó alguien. Tanto Alexis como Anastasia intercambiaron miradas; ellas pudieron darse cuenta de que, de acuerdo con la

apariencia del rostro de Fernanda, alguien dentro de la empresa debió ganarse el premio y la ganadora debía ser una de ellas. Cierto celo surgió de la mirada de Alexis.

Es tan obvio. Debe de ser Anastasia».

–¡Muy bien! ¡Organicemos la cena para esta noche! Bueno, voy a continuar a presentar a los ganadores y el premio que recibirán. Para empezar, me gustaría darle las felicitaciones a la campeona de la competencia de diseño de joyería, iAnastasia! iTe has ganad o un total de un millón! — Anastasia escuchó un zumbido ensordecedor antes de que Fernanda tan siquiera terminara de decir lo suyo.

«Yo? Yo soy la ganadora? ¿Ese millón me pertenece?». Su corazón estaba lleno de felicidad en ese mo mento, pues por fin había conseguido el dinero que requería para su hijo. Fernanda volteó a ver a Alexis antes de que continuara hablando.

– La compañía ha tomado la decisión de también proporcionar cierta recompensa para aquellos que qued aron seleccionados, por lo que Alexis recibirá un premio de consolación de 20,000. — Alexis curvó sus l abios para formar una sonrisa sarcástica.

«Un premio de consuelo, ¿eh? Pero qué burla».

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En ese momento, la sala entera reventó en aplausos, a la vez que Anastasia se encontraba atareada por

–Gracias por su motivación y apoyo, directora Espinosa.

– Te ganaste esto por tus propias habilidades, Anastasia. Sigue trabajando así de duro, ¿de acuerdo? Bue — Fernanda salió de la sala y Anastasia estaba a punto de salir, pero Alexis cruzó sus brazos y bufó.

–¿No sientes tan siquiera un poco de vergüenza por llevarte ese millón, Anastasia?

–¿Por qué debería sentirme avergonzada? – le preguntó de regreso, pues ella estaba segura de su propio trabajo.

– No creo que debería ser a la directora Espinosa a la que debas de agradecer. Tal vez sería mejor que le d razón por la que te ganaste el premio fue porque él habló bien de ti. El fue quien te dio ese millon. Yo no tendria el descaro de tomar ese dinero si fuera tú! – Alexis bufó y se retiró después de terminar de hablar, por lo que Anastasia era la única persona que qued


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