¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo

Capítulo 969



Capítulo 969 NôvelDrama.Org: owner of this content.

En ausencia de Aspen, este grupo Bello se volvía descarado, lanzándose comentarios mordaces y llenos de desdén uno tras otro, sus palabras eran duras de escuchar.

Carol fruncia el ceño mirándolas, escuchando en silencio, sin entrar en discusiones.

¡Solo sentia más compasión por Aspen!

En la familia Bello no habla ni uno que fuera fácil de tratar, y no quería ni imaginar cómo habían maltratado a Aspen de pequeño!

Cuando finalmente se callaron, Carol habló, preguntando uno por uno,

¿Cómo te llamas? Tú, tú y tú… y tú, denme sus nombres, quiero recordarlos.”

Las mujeres que habían hablado antes fruncían el ceño, mirándola con sospecha,

“¿Para qué quieres recordar nuestros nombres?”

Carol respondió, “Para estar segura de no equivocarme cuando llegue el momento de cortarles lenguas.”

Las mujeres se quedaron boquiabiertas, ¡sin palabras!

Todas apretaban los labios, mirando a Carol, demasiado enojadas para hablar.

Aspen había advertido antes, quien no quisiera conservar su lengua, él podría encargarse de cortarla…

Carol las miraba fríamente y decía,–

“En cuanto a lo correcto o incorrecto, bueno o malo de mi hijo, ¡no necesitamos sus opiniones! ¡Cuídense ustedes mismas, eso es suficiente! ¡No quiero volver a escucharlas decir ni una palabra en contra de mi hijo!”

Margarita, incapaz de contener su enojo, estalló,

“¡Carol, de qué te las das, solo porque te casaste con un hombre poderoso! ¡Sin él no eres nada!”

Carol no se quedó callada,

“¿Por qué no intentas tú casarte con un hombre poderoso? ¡Si no puedes, mejor cállate!”

“Tú…”

Justo cuando Margarita iba a responder, ¡empezó a sentir una picazón por todo el cuerpo! Şe rascaba la cara, el cuello, los brazos, las piernas… una picazón insoportable por todo su cuerpo que la hacía sentir muy incómoda.

Margarita no era la única, las demás también comenzaron a rascarse frenéticamente.

“¡Carol, que nos has hecho?!”

Carol no intentaba esconderlo,

“Les puse veneno, para que sepan que incluso sin depende de un hombre, puedo ser firme frente a ustedes. Si tengo la capacidad de hacerlas sentir picazón, también tengo la capacidad de hacerlas llorar, y hasta de dejarlas postradas en cama como inválidas.

¡Así que mejor no se metan conmigo! De ahora en adelante, cuiden sus palabras cuando estén frente a mi. ¡No pueden hablar mal de mi hijo, de mí, ni de mi esposo!”

Las mujeres de la familia Bello estaban tan incómodas con la picazón, que ni siquiera podian seguir insultando a Carol, y corrieron a buscar un doctor.

Lidia, sorprendida, miraba a las mujeres de la familia Bello y luego a Carol, con el ceño fruncido

Carol la miró, “¿Quieres decirme algo?”

Lidia respondió, “¿Por qué yo no siento picazón?”

“Porque has estado a mi lado todo el tiempo, no te ha tocado el veneno, por eso no sientes picazón.”

“Tú… ¿cuándo les pusiste el veneno?”

Carol no respondió, y Lidia continuó,

“Siempre supe que conocías de medicina, pero nunca imaginé que fueras tan poderosa.”

“Estudié medicina para salvar vidas, no para dañar, a menos que alguien me dañe primero.”

Lidia suspiró, con los ojos llorosos,

“Cuánto desearía ser como tú, tener un esposo poderoso y ser poderosa yo misma, capaz de proteger a mis hijos…

Carol, ya lo has visto, la familia Bello no es lugar para vivir, sinceramente, he sufrido mucho estos años, de verdad.”

Carol la miraba con recelo, preguntándose a qué venía esto.

Lidia soltó unas lágrimas, bajando la voz,

“Carol, has estado con Aspen un tiempo, seguramente te ha hablado de la muerte de sus padres. ¿Sabes que no murieron de manera natural, sino que fueron asesinados?”

Carol se quedó atónita, ¡no esperaba que Lidia le hablara de esto!

Lidia se sonaba la nariz, mirando a su alrededor para asegurarse de que no había nadie

Capitulo 969

cerca.

Con los ojos rojos, susurró,

“Si te digo quién mató a sus padres, ¿me prometes que me ayudarás con una petición?”


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.